sábado, 30 de marzo de 2019
Cuando el derbi de cataluña parecía no abrirse, apareció el
argentino y anotó los dos tantos para la victoria del cuadro blaugrana.
Sí, puede que la cabeza de Víctor Sánchez haya ensuciado
todo, pero el cobro impecable, el gesto técnico y la pelota en cámara lenta no
le quita el tinte de golazo a lo que hizo Lionel Messi este sábado en el derbi
de Cataluña entre Barcelona y Espanyol. El argentino no solo abrió el camino de
la victoria con esta muestra de calidad, sino que también la selló en el
epílogo con el 2-0 final que que le dio tres punto a su equipo.
Antes de que Lionel cobrara la falta en el minuto 71, hubo
silencio en el Camp Nou y mucho antes preocupación, pues el Barça llegaba y
llegaba, pero no marcaba. Y así se fueron acumulando las opciones y los ¡uy! en
la tribuna por tantos balones que pasaron cerca del arco defendido de Diego
López.
Pero Messi, el genio, optó por acariciar la pelota y
mandarla al palo más lejano del portero visitante a pesar de que Sánchez la
empujó sin querer con la cabeza. Y entonces el partido se abrió más y Barcelona
atacó más porque Espanyol se abrió, incluso tuvo el empate cerca, pero al
defensa blaugrana respondió.
Y cuando todo parecía cerrado apareció otra vez Messi, esta
vez en una acción de velocidad para rematar de primera y cerrar lo que al
comienzo se veía muy complicado. Otro tanto de otra factura para el argentino
que hace goles de todas las formas posibles.
Con esta victoria, el Barça llegó a 69 puntos y ya solo es
cuestión de tiempo para que festeje un título más en España. Messi sumó 31
anotaciones en la temporada (octava vez que pasa los 30 goles en la liga
española y los 40 en todas las competiciones) y probó, una vez más, por qué,
para muchos, es el mejor jugador del planeta, por qué tenerlo en la titular
siempre será una ventaja enorme sobre los demás.