martes, 9 de abril de 2019
El equipo de Jürgen Klopp se impuso 2-0 frente a Porto y
buscará sellar su pase a las semifinales el miércoles 17 en el Estadio do Dragao.
Liverpool se alimentó del ensordecedor aliento de su público
antes de empezar el partido contra Porto en Anfield, para marcar las claras
diferencias entre los dos equipos y establecer un cómodo 2-0 en la ida de los
cuartos de final de la Champions League.
Los finalistas de la temporada pasada en la competición
continental dejaron pasar poco más de cuatro minutos antes de romper el cero en
el marcador. A Naby Keita le llegó el balón en la puerta del área grande y su
disparo, con ayuda de un desvío, terminó en el fondo del arco de un Iker
Casillas que, clavado sobre el césped, sólo atinó a mirar el inevitable gol.
Moussa Marega lució como el más peligroso en el conjunto
luso, contó apenas con una oportunidad en la que definió mal, con un remate
desviado, y fue el más escurridizo a la hora de generarse los espacios. El
mexicano Jesús Corona, por su parte, no gravitó.
El control, de todos modos, favoreció claramente a los Reds,
que encontraron el segundo a través de un quiebre de línea defensiva por parte
de Jordan Henderson, quien habilitó a Trent Alexander-Arnold y el lateral
derecho sirvió a Roberto Firmino para que el brasileño empujara dentro del área
chica a la desprotegida portería.
Al asedio de Liverpool le faltó agresividad y con el correr
de los minutos, el conjunto dirigido por Sergio Conceiçao apostó a no exponerse
a una goleada y cuidar la diferencia para intentar la remontada en la revancha.
Mohamed Salah no pudo encontrar su chance, Sadio Mané anotó
pero le invalidaron su gol por una posición adelantada y Divock Origi ingresó
aunque no logró desequilibrar ni aumentar la cuenta.
El Estadio do Dragao será el escenario del próximo miércoles
17 en el que se decidirá a uno de los finalistas de la Champions, con claro
favoritismo para los de Klopp.