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martes, 11 de octubre de 2016
Argentina cayó por 1 a 0 contra Paraguay y sigue en zona de repechaje. Derlis González marcó el gol del triunfo.
Pitazo final y, automáticamente, una lluvia ensordecedora de silbidos envuelven a una selección albiceleste que mira, sin entender nada. Lo que pasó, lo que pasa y lo que va a pasar.
Argentina perdió (por primera vez en la historia por Eliminatorias) contra Paraguay y dejó una de las peores imágenes que se recuerden. Nunca se vio a un equipo tan falto de juego, tan frio, tan desalmado.
Paupérrima primera mitad del equipo argentino. El equipo igual de partido que contra Perú, con los 4 delanteros estáticos, sin pedir la pelota y algunos, sin siquiera entrar en juego.
Banega, el encargado de unir líneas, tenía que bajar a recibir la pelota de pies del mismo Romero y la cancha le quedaba muy larga.
Los extremos no se movían, por lo que los laterales tampoco tenían espacios para desbordar. Solo en alguna jugada que Gaitán se tiró mas al centro, le dejo el lugar a Mercado que tampoco recibió cómodo.
Paraguay salió con un plan que ejecutó a la perfección: 4 de punta muy veloces para aprovechar alguna equivocación rival y apostando al contragolpe. De cualquier manera, los de Chiqui Arce no deben haber imaginado que Argentina iba a tener tantas equivocaciones.
Derlis González pegó primero. Tras una pelota perdida por Di María (empecinado en hacer la individual), Romero le dio un gran pase a González que, con cancha libre por recorrer, definió al primer palo de un débil Romero.
Argentina no reaccionó ni con el cachetazo en contra. Siguió inerte, sin juego, sin circulación, sin movimientos, sin ganas.
En la segunda parte se insinuó una tibia remontada que duraría 3 minutos. En ese lapso, penal por mano de Da Silva. Agüero se hizo cargo de la ejecución y su remate anunciado hacia la derecha fue atajado por Villar.
En una corrida, Agüero casi tiene revancha pero Villar volvió a tapar una pelota de gol. Y luego de eso, el show del espanto.
Un equipo sin nada, despojado de cosas tan básicas como la vergüenza deportiva. Nada de juego, nada de actitud, nada de nada.
Encima, desde el banco no llegaban soluciones, sino más problemas. Bauza mandó al campo a Dybala a jugar de lo mismo que contra Perú, recostado por derecha, y sacó a Gaitán, acaso el jugador mas fácil de sacar. Sin peso como para tomar una decisión importante.
Esta sensación se acrecentó cuando mandó a Pratto a los leones y sacó a Banega, el único que intentaba conectar líneas; sin éxito, por cierto.
Argentina, plantada con 5 delanteros ni siquiera inquietó a Paraguay que estaba más que cómodo esperando atrás y reventando el peligro hasta el área rival. No pudo generar una sola jugada de riesgo. Y bajo esas circunstancias, el mas que lógico resultado era la derrota. Muy merecida.
Y con ella, los silbidos. Desencanto general. La Selección jugó un partido pésimo y la gente así lo vio, lo entendió y emitió su juicio.
La tabla, fría y pura, pone a Argentina en el repechaje, con Paraguay a un solo punto. Pero eso tampoco es lo más preocupante. A este equipo no se le ve una idea, identidad. Engañaron esos primeros 30 contra Uruguay (con notadas ausencias), fueron un espejismo. Hay jugadores que han perdido la motivación para vestir la camiseta de la Selección, a eso tampoco hay técnico que pueda darle la vuelta.
Si no se renueva, se da un lavado de cara y recarga la motivación, corre riesgo la participación en Rusia.
Ahora sí; todas las alarmas están encendidas, en rojo y sonando fuerte.