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domingo, 26 de junio de 2016
Argentina cayó derrotada por penales frente a Chile por 4 a 2, quien se coronó Campeón de la Copa América Centenario. Marcelo Díaz y Marcos Rojo se fueron expulsados.
Desilusión. Otra más. Ninguna palabra define mejor lo sucedido en esta nueva final, que tuvo un desarrollo muy parecido, casi similar, a la del año pasado. Chile no fue superior pero demostró carácter, incluso cuando quedó con un jugador menos; Argentina, plantado firme en defensa y desperdiciando situaciones inéditas arriba. Otra vez.
Primer tiempo muy accidentado. Argentina salió a presionar bien alto a Chile, que tenía problemas en la salida. En esta presión, Higuain tuvo la más clara: Medel la dejó corta, el goleador de Napoli robó, se fue solo mano a mano contra Bravo pero definió desviado.
Tanta presión argentina provocaba fallas y Messi aprovechó: dos faltas de Marcelo Díaz al 10, dos amarillas y roja. Argentina iba a tener un jugador de más, pero no lo supo aprovechar. Sin generar juego, con Banega y Di María tocados, muy por debajo de sus posibilidades y con la pólvora mojada.
Poco le duro la ventaja numérica, ya que Rojo se iría expulsado por un fuerte falta sobre Vidal, una exageración del árbitro Lopes.
Lo que quedaba de la primera parte y toda la segunda mitad se jugaron en la misma tónica. Chile manejando la pelota con paciencia, Argentina esperando, aguantando e intentando salir de contra.
Pocas chances claras, solo un desborde de Beausejour que Vargas no pudo definir y un remate de Agüero muy desviado. Y con estos términos, otra vez una final que se prolonga al tiempo extra.
En el primero, otra vez tuvieron el gol Vargas y Agüero, pero buenas respuestas de sendos arqueros ahogaron los gritos. Después de eso, nada por aquí, nada por allá, y otra vez, a penales. Romero le tapó a Vidal el primero, pero Messi falló el suyo. Cuando la mano viene torcida, no se puede dar vuelta.
Castillo convirtió, Mascherano pateó con alma y vida y puso el primero, Beausejour, Agüero y Aranguiz convirtieron, Biglia volvió a errar, dejándole servida la copa a Silva, que metió el 4-2 y enterró la ilusión argentina. Otra vez.
El llanto de Messi será la postal. El y Mascherano probablemente sean los que mas merecían la consagración. Otra vez Argentina volvió a fallar las ocasiones de gol que generó en una final. Hasta Maradona necesito Burruchagas y Valdanos para consagrarse. Messi solo no puede.
No hay que ser necio, la copa dejo señales positivas: la defensa hoy es inamovible y se le planta a cualquiera, Augusto Fernández aporta despliegue y marca y Banega parece haber encontrado su lugarcito. Messi es el mejor, pero si no se lo rodea bien se hará complicado. La lista de socios que desaparecen se hace más grande con esta final.
La tristeza no se va a ir. Habrá que hacer el duelo y reponerse, este quien este. El camino a Rusia aun es largo y hay que llegar, la eliminatoria será muy complicada pero hay que superarlo. Levántate y anda.