lunes, 3 de agosto de 2015
Tigre festejaba su cumpleaños número 113. El festejo por el aniversario no fue completo.
Perder ante Quilmes no estaba en los planes de sus fanáticos. Aunque una vista a la distancia de las últimas producciones del equipo de Gustavo Alfaro, permiten entender que este resultado, lo que menos es, es ser sorpresivo.
La victoria ante Sarmiento (con aquel gol de Rincón) en la fecha anterior, y el andar de Quilmes que ganaba dos partidos de la mano de Facundo Sava, hacían de este partido una buena prueba para saber dónde estaba cada uno de los equipos. El choque de estilos fue marcado: Tigre y esa predica por saltear las líneas con envíos largos, enviar la presión hacia otro lado, ignorando la gestación. De hecho, cuando intenta construir juego afloran los defectos. Quilmes le propuso, a las habituales dos líneas de cuatro y dos puntas del equipo de Gustavo Alfaro, algo simple. Tenencia, triangulación, que los centrales respalden a Braña y los interiores (Romero y Pérez Godoy) para que Luna y Rincón quedaran sin alimento.
El plan de Quilmes funciono después de los 15 minutos. Hasta ahí Tigre amenazaba con Luna y Rincon: quien tuvo dos oportunidades para marcar luego de presionar mal Quilmes. Después de ese lapso, la ebullición local empezó a decaer. Bieler lo había tenido a los 5 minutos pero el dominio de Quilmes era con el balón: Braña que se metia entre los centrales pero sobre todo, las diagonales de Gomez y Canelo, haciéndole a Bieler una buena compañía. A los 27 se lo pierde Canelo, a los 37 Bieler impacta el balón en el palo.
Pero a los 41, el quiebre. Canelo se escapa en su enésima diagonal, quiere gambetear al arquero quien, quizás lo toca, levemente. Podría no haberse cobrado el penal, es cierto, pero la rapidez del juego, ese silencio de la gente que percibe la “catástrofe” (futbolística), hizo que el juez cobrara penal. Necesito de la consulta a su juez asistente. Quien no dudo fue Bieler: 1 a 0 .Y Tigre, que tenía que remontar el segundo tiempo.
Jorge Rodríguez se lo pierde, pega en el travesaño la pelota, y Goñi le pega en el rebote como quien impacta una calabaza hervida. Un remate de Sanchez, dos remates de Menossi, otro de Federico González…González entro para juntarse con Luna y Rincón, en un triángulo futbolístico de las Bermudas: los ataques se diluían. Y si le sumamos el ingreso de Wilchez, hace a la máxima de: juntar gente de ataque no es atacar más. Error. Si juntas más gente de ataque, atacas más. Pero…si la dispones de buena manera, no como hizo Tigre, que centralizo el juego de un modo exasperante. Si sos ancho, sos profundo. Todos eran arrestos individuales.
El ingreso de Carli por Bieler en Quilmes fue una locura. Se queda Quilmes sin ariete, sin el atacante central para salir rápido. Pero visto el juego de Tigre, la lectura de Sava fue la correcta. Sumo a Carli a la línea de 4 (yo son 5) más Braña por delante, los pelotazos serian rechazados de forma expeditiva. Y así fue.
Tigre repitió el juego de fechas pasadas, solo que esta vez el fruto salió solo, se cayó de tanto insistir en lo mismo. Seria hora de preguntarse si a ese árbol, no habría que podarlo un poco. Se apreciaría más el bosque que esta por detrás: un juego timorato pero por sobre todo, de escasa asociación colectiva.
Tigre:
Sebastián D'Angelo;
Erik Godoy (Menossi), Leandro González Pirez, Mariano Echeverría, Ernesto Goñi
Facundo Sánchez, Joaquín Arzura, Horacio Orzán (Wilchez), Jorge Rodríguez (Federico González)
Sebastián Rincón, Carlos Luna.
Quilmes:
Walter Benítez
Adrián Scifo, Alan Alegre, Mariano Uglessich, Emanuel Morales
Sebastian Romero (Calello), Rodrigo Braña, Lucas Pérez Godoy (Martin Perez Guedes), Rodrigo Gómez
Alexis Canelo, Claudio Bieler (Carli).
Cristian Muntaner